Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas.
Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos.
Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias.
Defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres.
Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa patina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa.
Defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas del azar
y también de la alegría.
Murió Mario Benedetti...
Muchas gracias por la calidad, por la sencillez, por la inteligencia, por la ternura...
Desde hoy todos somos un poco más pobres...
Dijo Joan Manuel Serrat de Mario Benedetti: "El era un hombre que sacaba la poesía a la calle"...
Nosotros, los de la calle, se lo agradeceremos SIEMPRE!!!