martes, 4 de noviembre de 2008

MAESTRO!!!


A más de 25 años de haber empazado con ésto tan hermoso que es el periodismo quiero reconocer publicamente a un GRAN TIPO.

A quien me ayudó muchísimo y me enseño día a día a intentar ser mejor.

Carlitos Bonelli, de corazón, sencillamente: GRACIAS MAESTRO!!!

miércoles, 15 de octubre de 2008

CONVICCIONES



Por la honestidad moral, por la decencia, por el respeto, por la calidad de persona... y por un montón de cuestiones que hacen a una forma de ser. Admirable. Imitable.

Desde éste pequeño lugar y con la misma convicción de la bandera.

lunes, 22 de septiembre de 2008

VALENTINO ES DE RACING



Nació el 5 de septiembre de 2008, en Témperley. Es hijo de Leo Sottosanti y Eugenia Dibidino Aramburu.

El mundo racinguísta le da la bienvenida a un nuevo hijo: Valentino Sottosanti Dibidino.

Hombre de sangre celeste y blanca.

Bienvenido y felicidades!!!

martes, 2 de septiembre de 2008

LA DEL MONO


Hoy por hoy estoy en una etapa difícil. Son días complicados.

Ante la incertidumbre lo mejor es hacer la del mono:

no escucho...

no veo...

no hablo...


Cuánto dura el temporal?

Ni idea!

Pero al menos queda el consuelo de aquello tan viejo de que "siempre que llovió, paró".

El problema es cuando a uno el temporal lo agarra sin paraguas, ni equipo de lluvia, ni bote...

Quién hará las veces de Defensa Civil?


A vivir como los monos...

lunes, 1 de septiembre de 2008

MARGARITA


Me quiere mucho,

poquito,

nada...

me quiere mucho,

poquito,

nada...

... quién sabe?...

MEMORIA


Memoria
memoria.
(Del lat. memorĭa).
1. f. Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado.
2. f. En la filosofía escolástica, una de las potencias del alma.
3. f. Recuerdo que se hace o aviso que se da de algo pasado.
4. f. Exposición de hechos, datos o motivos referentes a determinado asunto.
5. f. Estudio, o disertación escrita, sobre alguna materia.
6. f. Relación de gastos hechos en una dependencia o negociado, o apuntamiento de otras cosas, como una especie de inventario sin formalidad.
7. f. Monumento para recuerdo o gloria de algo.
8. f. Obra pía o aniversario que instituye o funda alguien y en que se conserva su memoria.
9. f. Fís. Dispositivo físico, generalmente electrónico, en el que se almacenan datos e instrucciones para recuperarlos y utilizarlos posteriormente.
10. f. pl. Libro o relación escrita en que el autor narra su propia vida o acontecimientos de ella.
11. f. Relación de algunos acaecimientos particulares, que se escriben para ilustrar la historia.
12. f. Libro, cuaderno o papel en que se apunta algo para tenerlo presente.
13. f. Saludo o recado cortés o afectuoso a un ausente, por escrito o por medio de tercera persona.
14. f. Dos o más anillos que se traen y ponen de recuerdo y aviso para la ejecución de algo, soltando uno de ellos para que cuelgue del dedo.

lunes, 26 de mayo de 2008

TRES IDEAS PARA COPPOLA




Por estos días anda por Buenos Aires el celebérrimo director de cine Francis Ford Coppola y, según pude averiguar, nada tiene que ver su visita con la intención de conocer cara a cara a la musa inspiradora de la mágica zaga "El Padrino".

El hombre capo del edificio de la calle Viamonte 1366 anda muy ocupado en desacreditar la autoridad que se suponía le había dado a Horacio Elizondo para manejar el tema arbitral y en recibir a la mesa de enlace de un club que tiene el fútbol gerenciado y está en zona de riesgo para sostenerse en la Primera División.

Desde aquí vayan tres ideas a manera de sugerencia para filmar películas con protagonistas palpables del más popular de los deportes de la Argentina.


Una puede ser la vida y obra del muchacho goleador de Boca Juniors. Basta con dar una rápida pasada por los avatares de la trayectoria de Martín Palermo para darse cuenta de que, sin dudas, presenta ribetes sorprendentes. Y si a eso le sumamos la popularidad que arrastra la camiseta que utiliza, el éxito de la taquilla está asegurado.


El otro filme se ubica en la vereda opuesta a los colores azul y amarillo. Todos los amates del fútbol, y hasta los que lo tienen que escuchar por obligación, saben que su nombre es River Plate. Un club con 107 años de historia. "100 de gloria y 7 de Aguilar", como reza un panfleto distribuido en los últimos partidos por sus simpatizantes.

Ahora bien, resulta que días atrás su presidente, José María Aguilar, le encontró la explicación cuasi psicológica al momento que viven sus hinchas y dijo que en realidad la media de los millonarios padece del sentimiento del dolor. "Estamos en una etapa auto destructiva. Cuando un hincha tira maíz está manifestando su dolor", dijo el locuaz y verborrágico presidente del la institución.

No contento con eso sentenció: "River es Aruba".

Sinceramente, no he podido observar mucha arena, playa y palmeras en la avenida Figueroa Alcorta y Udaondo. Más bien he visto piletas y quinchos en los que a veces las señoras juegan a la canasta y a veces los barrabravas de trenzan a tiros y puñaladas. No tengo el privilegio que tiene el titular millonario.

Lo cierto es que el equipo de Aruba está primero en el torneo local; y ese es otro buen argumento para que la agudeza del cienasta descubra otra veta para llevar a la pantalla grande.


Pero la más increíble de todas las historias la desarrolla, día a día y con una notable capacidad de superación, el Racing Club.

En el plano futbolístico su presente tiene un notable parecido a Luis Sandrini: a veces hace reír, y a veces hace llorar.

La tabla de promedios lo tiene en zona de promoción y con una y mil desventuras que rozan lo tragicómico. Y como para muestra basta un botón, va lo siguiente:

Después de la derrota contra Boca Jrs. el plantel recibió insultos y amenazas por parte de hinchas que, no casualmente, quemaron una bandera con los colores del club y la inscripción "La Guardia Imperial - Kirchner 2007-2011".

El empate contra Gimnasia y Esgrima La Plata profundizó la crisis y como medida precautoria el cuerpo técnico decidió cambiar el escenario de los entrenamientos, trasladándolo a la localidad de Pilar, a 55 kmts. de Avellaneda y en busca de un poco de paz para trabajar.

¿Y qué sucedió en el planeta Racing?

Se limitó el ingreso de los periodistas al predio de la Universidad Austral pero una escena lindante con lo increíble quebró la tranquilidad de la mañana.

Un botellero desde un carro tan desvencijado como el presente de La Academia gritó desde su megáfono: "Pongan huevos porque los agarra Independiente y los va a cagar a goles". Increíble pero real, y mucho más si se trata de Racing.


Pero no todo se limita a lo deportivo. También lo institucional tiene su correlato: Mucho se ha dicho y escrito sobre las desventuras de los albicelestes y que han derivado en que hoy por hoy su fútbol profesional y amateur esté en manos de una empresa de capitales desconocidos y privados.

Una empresa que lejos de inyectarle capital a las desvastadas arcas racinguístas ha vampirizado al capital y al patrimonio de esa institución fundada el 25 de marzo de 1903. Una empresa que arrastra tantos cheques sin fondo como plateas hay en su estadio. Una empresa que colecciona pedidos de quiebra con la misma naturalidad de quien junta estampillas, monedas o llaveros.

Blanquiceleste S.A., tal la tribunera denominación, tomó el control del club después de que la justicia decretara la quiebra con continuidad y gracias a una Ley de Fideicomiso pergeñada por políticos de raíz racinguísta.

Hoy esa empresa tiene la manzana rodeada y, según se dice, está a punto de entregarse; o un grupo comando va por ella.

Quien le ha dado el ultimatum es el nuevo (viejo) interventor: el doctor Héctor María García Cuerva.

Hasta aquí nada podría sorprender al común de los mortales. Pero ésto es Racing...

Resulta que el abogado García Cuerva, en su primera gestión como interventor de la institución, fue quien acercó al juez Enrique Gorostegui el nombre de la empresa que venía a salvar al club. El presidente del directorio de Blanquiceleste era Fernando Marín y Fernando De Tomaso su vice.

En algún momento se publicitó el divorcio de los Fernandos con el argumento de la renuncia de De Tomaso, pero en realidad eso nunca sucedió.

De hecho, siempre figuró en el Directorio y su firma acompañaba las cartas documento que partían desde la calle San Martín 140 mientras Marín era el conductor.

Antes de iniciar su segundo período como interventor y a modo de auto crítica, García Cuerva debería hincarse de rodillas, alzar sus ojos al Cielo y, golpeándose tres veces el pecho, repetir aquella estrofa del Credo que dice: "Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa"...


Tres realidades. Tres ideas para que Francis Ford Coppola pueda plasmar una película que, por tratarse del fútbol argentino, tiene un título obligado: "Todo Pasa"...

martes, 20 de mayo de 2008

EL CAIRO EN EL CIELO






Está científicamente comprobado que las coincidencias no existen y por eso no sorprende que también en la esquina de Sarmiento y Santa Fe, allá en el Cielo, esté ubicado el recientemente inaugurado Bar El Cairo.
Rompe con la típica geografía del lugar. Quizá sea porque aún conserva el olor a nuevo, ya que fue inaugurado justo para el 20 de julio de 2007 y con la llegada a uno de los invitados más ilustres. El Negro.
Desde su arribo el rosarino anda ocupado en seguir minuciosamente la campaña de su Central. Dicen, los que han podido intercambiar palabras con él, que apenas se lo escucha, ya que aún no se recuperó de la disfonía que le generó el grito del gol del Killy González en tiempo de descuento y contra Racing.
Eso no le impide escribir y dibujar, y por éstos días está detrás de un nuevo cuento futbolero al que le quiere imprimir un toque surrealista.

Algún mozo infidente de esos que nunca faltan en los bares, pero que resulta indeseable para los integrantes de la mesa, ha aportado algo de un diálogo del escritor con un amigo. Creemos que se trata del Pelado Reinoso.
Según el empleado gastronómico el más célebre canaya le decía a su ladero: -Se me ocurrió un cuento con una historia medio rara, medio loca.
El protagonista es un pibe de 21 años que siempre soñó con ser jugador de fútbol pero que no hizo las inferiores en un equipo de los conocidos.
Digamos que el muchachito salió de un pueblo medio perdido por Entre Ríos, que se yo, pongámosle de Villa Elisa. A ver, el pibe no tiene un nombre muy de crack. Ni Diego, ni Gastón, Ni Jonathan; más bien de chico de una buena familia que por tradición eligió bautizarlo como Ricardo.


Ahí está! Si, se va a llamar Ricardo. Así le dicen Ricky, o Tito, o algo así de simple. Lo que no será simple es su apellido. No. Le vamos a cagar la vida a los relatores de radio –si es que el pibe llega a Primera División. Nada de Carranza, ni Maggiolo, ni Tonelotto; nada que ver con esos apellidos que les permiten lucirse arrastrando las erres o con personalidad definida.
No. Nuestro protagonista es de origen francés. Su apellido será Noir, y que se arreglen los demás con la fonética franchuta.
Ya está. Señores, atentos que aparecerá en el fútbol grande de la Argentina el joven Ricardo Noir!!!
Tito siempre soñó con jugar en Boca (total, si es cuestión de darle vuelo a la historia se lo damos). Desde chiquito le decía a sus padres y amigos que él iba a ponerse la camiseta xeneise.
Pero se le fueron pasando los años y nuca pudo empardar a aquellos purretes que con 14 o 15 agarraban el bolsito y se iban para la pensión de Casa Amarilla.
Para colmo de males su familia nunca estuvo muy acomodada que digamos. Es más bien, de los que la tienen que pelear y mucho para poder servir dignamente la mesa de todos los días. Por eso mientras algunos amigos de Tito le contaban de que habían visto de cerca a Battaglia, Riquelme y Palermo él tenía que seguir trabajando de albañil o levantando bolsas de arroz en la cooperativa del pueblo.

-Y si ahora cambiamos la historia?, le preguntó el interlocutor al escriba.
-Y si le das un final abrupto y la dejas así, como que con el pibe no pasó nada, que no llegó, que se sobrepuso a la depresión, que se casó con la Gladis (su noviecita de siempre), que tuvieron 3 hijos, que engordó más de 30 kilos y ya no puede ni prenderse en un picado? Dale, por una vez en la vida hacé que el cuento termine mal, o al menos con el final menos feliz. Si al fin y al cabo no es más que una historia llena de fantasías.
-No, pará! Si ya me encariñé con Ricardo "Tito" Noir...
Dejá que te siga contando cómo lo imaginé:
“El pibe de buenas a primeras es descubierto por uno de esos cazatalentos que siempre andan por los potreros más impensados y que tienen un contacto en los clubes de Buenos Aires o Rosario. Y así se le dio la oportunidad de llegar a Boca.
-Si, ya se que me vas a decir que es medio raro que un pibe aterrice así como así, con 19 años, a las inferiores de Boca. Que cómo se les iba a pasar justo a los de Boca, que es imposible...
En éste caso no es que son unos mamertos. Acá la cosa es que Ricardito es un personaje de un cuento futbolero y por lo tanto todo, o casi todo, vale. Callate y seguí escuchando...
Tito se adapta lo más bien a la pensión, empieza a jugar en la reserva, hace la pretemporada. No puede creer todo lo que le pasa. Y como regalo especial para su familia un día les mandó a los viejos una foto que se sacó con Juan Román Riquelme. El Romy, como él mismo les escribió en la carta.
Bueno, la cuestión es que un día, vamos a ponerle que porque a la primera la guardan para jugar la Copa Libertadores, los de la rivera reciben a otro equipo grande en la Bombonera, con una formación de los ahora llamadas “alternativas”. Y ahí está el Tito. Le tiemblan las patas cuando tiene que cruzar esos cien metros que van desde el túnel hasta el banco de los suplentes. No quiere ni mirar para la izquierda. O si. Se le van los ojos y los oídos para el lado de la tribuna local.
-¿Será para mi todo eso que cantan?, se pregunta. Y sigue como en un sueño.
El partido es de medio pelo. Solo lo sostiene la importancia de ser un clásico. Devaluado, pero clásico al fin.
Para darle más dramatismo todavía vamos a imaginar que el rival está muy comprometido con el descenso Que está al horno, como dicen ahora los chicos. Pero resulta que aún con su malaria a cuestas empieza ganando.
-Escuchate ésta, a ver si te gusta así, bien loca la historia: el gol de los contrarios lo hace un chileno, al que llamaremos Reinaldo Navia, y al que lo estaban por deportar porque llegó con la chapa de artillero y hasta ahora no había mojado ni al lavarse la cara.
Ganan ellos 1 a 0. Desde su tribuna llegan cédulas judiciales exigiéndole al árbitro (un flaco que mide como 2 metros) que lo termine ahí mismo. Pero no hay caso.
El partido sigue y Tito piensa mientras mira de reojo al técnico: -¿éste no me va a poner? Yo le gano el partido si me mete!
El visitante se siente chocho con la victoria parcial, empieza a recular y el arco de Boca le queda cada vez más lejos. Y Boca va...
Un compañero de Tito, un tal Chávez, mete la mano y ni el árbitro ni el asistente lo marcan, la pelota le queda al defensor Paletta y el flaco la manda a guardar a 15 minutos del final.
A Ricardo Noir le sudan las manos mientras sigue haciendo el trotecito por el lateral de la cancha, por si al técnico se le canta que entre.
Y lo llaman. Y va. Se ajusta los cordones de sus flamantes, furiosos y naranjas botines. Como el boxeador que se ajusta los guantes aún más contra sus puños para dar la trompada decisiva. O como el torero que repasa el filo de la espada con la que, intuye convencido, va a dar la estocada final.
Entra Tito al césped de la Bombonera de Buenos Aires. Lo que debe ser Villa Elisa!!! Mamita!!!
Tito anda por la derecha del ataque y un defensor rival lo cruza feo, y cuando están en el piso el otro la aplica un cabezazo. Tarjeta roja, uno menos. La gente aplaude a Tito como si con sus aplausos mitigaran el dolor por el golpe recibido.

-Che, para un poquito., interrumpe el amigo al escritor rosarino. -No se te está yendo la mano? Parece “Ben Hur” más que un partido de fútbol. Ahora solo falta que me digas que el Tito ese hace el gol del triunfo.
-Shhh!!! Callate que sigue. Bancá que falta poco, le ordena el Negro.
Sobre el final, y recostado por el sector izquierdo del ataque de Boca, cerquita de los palcos que habitan esos que tienen más guita anda Ricardo Noir. Y le queda una pelota que es toda una invitación a calzarla de lleno y salir gritando. Palo!!! -Q lo parió!!!, grita Tito.
Ya se va la tardecita.

-Sabés que me la veo venir?, interrumpe otra vez el interlocutor.
-Fija que ahora el guacho la clava y ganan. Se te fue la mano. No te lo cree nadie!
-Callate!!!, ordena el Negro.

Otra vez Ricardo Noir, Tito para los de Villa Elisa, encuentra una pelota que es una invitación al bombazo. Esta vez tratará de darle un poquito más acá, para que no se vaya para allá, para que no vuelva a pegar en el palo. Y le pega, y cruza el remate...
Y señoras y señores!!!... Un relator se desgañita gritando: Gooooolll de Boca!!! Goooollll de Ricarrrrrdo Noirrrrr!!! Goooollll del Tiiiiito, carajo!!!
Y sigue bramando desde la radio: -En el final del partido, en el crepúsculo de una tarde de sábado y a orillas del riachuelo, con el esfuerzo del muchacho de Villa Elisa, ese que hace apenas dos años estaba trabajando en la cooperativa, Boca encuentra la victoria!!!
Boca da vuelta el partido!!! Boca festeja un triunfo histórico derrotando a...
-qué se yo, dice el autor del cuento. –acá para no quedar mal con nadie inventamos el nombre de un equipo cualquiera y listo.

De pronto el cielo se oscureció y un rayo quebró la tarde. En el Bar El Cairo (sucursal Cielo) todo quedó en penumbras y en silencio.
Los habitantes de la nueva Mesa de Los Galanes, Roberto y el Pelado, se miraron el uno al otro sin entender nada.

Acto seguido, y desde allá del lado de la puerta, apareció una luz y una voz que entregó una sentencia:
-Señores, nada de inventar el nombre del rival del equipo de Tito. A ese rival ya todos lo conocemos. Esas cosas solo le suceden a Racing...

lunes, 24 de marzo de 2008

NUNCA MAS



Hace 32 años yo tenía 11. Vivía en City Bell (La Plata) y cursaba el sexto grado de la escuela primaria. Desde muy temprano a mi familia llegó "la noticia" de que el golpe militar se instalaba en nuestro país. Desde mi corto entendimiento solo asistía a las conversaciones de los mayores que, en alguna mayoría, justificaban la intervención de las fuerzas armadas.

La verdad? podría seguir volcando algunos recuerdos y sensaciones pero prefiero sintetizarlo con una frase.

"Hace 32 años en la Argentina se instalaba el golpe militar. UNA MIERDA"

lunes, 25 de febrero de 2008

VIDA


La foto es un poco fuerte y la encontré dando vueltas por la web, pero quería compartirla.

Quizá tenga que ver con algo que siempre me ha apasionado, y es eso de tratar de cuestionar todo desde la mayor cantidad de lugares posibles. Debatir, escuchar ideas, puntos de vista y posturas. Y después decidir, o no.

Es una imagen captada por Michael Clancy en el momento en que el bebé, de sólo 21 semanas de gestación, sostiene el dedo del médico durante una intervención fetal, intra uterina, por espina bífida, realizada en EE.UU en agosto de 1999.

El bebé, Samuel, sufría de "spina bífida", a los padres se les propuso elegir entre un aborto o un hijo con serias discapacidades.

La pareja decidió buscar una solución por sus propios medios, y se enteraron de una operación que podía salvarlo.

La cirugía fue un éxito. Samuel . Hoy es un niño de 7 años.

Esta fotografía despertó una gran polémica en cuanto al aborto, sobre todo, teniendo en cuenta que en Estados Unidos los abortos son legales hasta el momento previo al parto.

Noten cómo el bebé se aferra con su manito al dedo del médico...

Otro aporte para reflexionar a cerca de lo que pensamos o sentimos sobre el aborto.

miércoles, 6 de febrero de 2008

MUSICA


Hay cosas que uno, vaya a saber por qué, no hizo en su momento y con el paso de el tiempo se convierten en una asignatura pendiente o en un arrepentimiento.

En mi caso hay, de momento, dos cosas de las que me lamento y me arrepiento: 1) no haber estudiado inglés desde chiquito, y 2) no haber incursionado en el mundo de la música de otra forma más profunda y diferente que desde el lugar en el que lo hago hoy, que es el de espectador.

Por ejemplo, me hubiese gustado saber tocar la guitarra...

martes, 5 de febrero de 2008

VERMOUTH



Eran tiempos en los que mi vínculo con los partidos de fútbol estaban directamente ligados a “la radio”. No había llegado la masificación tecnológica y la tele solo acompañaba con el partido de los viernes a la noche y el partido de la tercera de los domingos.
A propósito, ¿Se acuerdan de los partidos de la tercera? Ahí se podían ir viendo a los chicos que prometían un futuro promisorio y a los profesionales que estaban recuperándose después de alguna lesión, más alguno que no tenía lugar entre los titulares ni los suplentes. Ahora los chicos que prometen ya se fueron a los 15 años, o antes, atrapados por el buen ojo clínico del poderoso club Locarno de la segunda división del fútbol suizo.
Todo tenía un sabor especial. Un partido el viernes y el resto el domingo. Y ahí andaba yo, pasados los 6 años y la imagen sepia que me remite a la mesa del comedor de casa, el diario con la lista de partidos y sus formaciones, la boleta del PRODE que había jugado a medias con mi maestra de primer grado (a la que le pido mil disculpas por haber olvidado su nombre, ya que no lo merece) y la radio con el gordo Muñoz y su “fútbolllllllllllll… pasión de multitudes”…
Seguramente, y sin quererlo, desde allí se debe haber disparado algo a lo que no le encuentro un nombre o calificativo exacto, pero que se instaló en mi para tomarle el gusto y hacerlo después MI AMADA PROFESION y mi medio de vida.
Hoy, a más de 35 años, estoy del otro lado de la radio.
Se que no habrá chico sentado en el comedor de su casa anotando los goles. Ahora la programación televisiva-futbolera hace que los “torneos y competencias” de nuestro querido deporte se divida en viernes a la tardecita y a la noche, sábado a la siesta, a la tarde, a la tardecita y a la noche, y lo que queda (lo vendible al codificado) para el domingo en sobremesa, tarde y hasta el vermouth o la trasnoche.
Hago un apéndice para los menores de 20 años, que seguramente no tienen ni idea de lo que es el vermouth. Se trata de una bebida con alcohol, también denominada como “aperitivo”, que se sirve antes de la comida y acompañado de papas fritas maníes, queso, salame y aceitunas.
Una verdadera delicia, a la que no le puede faltar el condimento de 4 o 5 amigos embarcados en una de esas gloriosas charlas en las que cada uno de ellos es el mejor técnico de fútbol, el mejor presidente y el mejor de los amantes. No hay vermouth sin amigos, es imposible.
Volviendo al fútbol y la radio… que seguirá siendo absolutamente imprescindible para los que van manejando su camión por alguna ruta, o para el taxista de la ciudad, o para el que está trabajando o estudiando y lo acompaña de fondo, o para el que está lavando el auto, y hasta para los que están privados de su libertad, pero no privados de vivir su pasión futbolera.
Quién lo iba a decir!!! pero, bueno… acá estoy… “del otro lado de la radio”…
Jugando en el mejor de los equipos: En el del Maradona del relato y el periodismo y la ética. Víctor Hugo, obviamente, quién otro? Y además, con varios campeones mundiales… Alejandro Apo, Román Iucht, Matías Canillán, Néstor Clivati, Jorge Arcapalo, y muchos otros.
Que me olvidé de él? No, imposible… siempre habrá lugar para “El Maestro de Río Cuarto”.
Si también Osvaldo Wehbe nos volverá a acompañar cada vez que un jugador “cruce el Ecuador”, o cuando “la pelota se haga luna en la noche de Córdoba”, o cuando un jugador “de tierra adentro” le muestre al país todo su talento, o cuando el cronómetro nos diga que van 30-30 del segundo tiempo y “si quiere juéguele”…
Osvaldo es la síntesis del fútbol. Es potrero, vestuario, tablón, alambrado, abrazo de festejo con un desconocido, es medias bajas y sin canilleras, el mate compartido, es amigo cómplice, es una voz de aliento, es un consejo en el momento justo, es cada página memorable, es periodismo, es decencia…
Es un placer haber conocido al Turco, y trabajar con él.

Así están las cosas…
En medio de éste fútbol que huele a podrido, allí vamos… con las mismas ganas de siempre. Con la utopía de que alguna vez las cosas cambien. Aún sintiéndonos quijotes luchando contra molinos de viento.

La invitación es como para un vermouth... solo para los amigos.
Con la satisfacción de saber que sigo haciendo lo que más me gusta, gracias a Dios.